Esta noticia que reproduzco a continuación no es de nuestro barrio, es de Villa del Prado, pero es bueno publicar noticias así para dar una esperanza a los que tienen problemas similares en nuestro barrio. Sí se puede, pero es necesario estar muy unidos para conseguirlo.
Consiguen que los seguros de los responsables de la deficiente ejecución se hagan cargo de las reparaciones
21.02.14 – 22:17 – J. ASUA | VALLADOLID
Los operarios trabajan en la fachada desde hace dos semanas. En los andamios-plataforma suben y bajan asegurando las losetas que cubren amplias zonas de la portada del bloque. En un mes, como mucho, el problema se habrá acabado. Las malditas placas han dado mucha guerra a los residentes de los portales 6 y 8 de la calle Monasterio de Silos, en el joven barrio de Villa de Prado. Muchísima. Más de tres años con el edificio vallado por la inestabilidad de los elementos, decenas de requerimientos, gestiones infructuosas con constructores y promotores que desaparecieron… Impotencia.
Pero en la batalla del ladrillo a veces gana la parte débil. No pierdan la esperanza si están en la misma tesitura. Ellos ahora no pueden ocultar su satisfacción. A base de tesón y con la comprensión de la Justicia –que ha hecho lo que su propio nombre indica: Justicia– la comunidad de vecinos ha podido con el otrora poderoso sector de la construcción, ese que en muchos casos se ha ido de rositas después de trabajar sin el suficiente cuidado, pero cobrando a precio de primeras calidades.
Fíjense en este caso. Los cien propietarios adquirieron sus viviendas en 2007 a precio de burbuja –360.000 euros por 90 metros cuadrados de piso– y en 2009 comenzó su calvario. Primeros desprendimientos de piedra a la calle. Inspección policial. Vallas. Hay que arreglarlo ya. ‘¿De dónde sacamos el dinero?’ Oye, que el edificio está en garantía.
Suspensión de pagos
De inmediato, la comunidad arranca las gestiones para el que construyó y cobró se haga cargo. Pero, hete aquí, que Proinsa y Teconsa, promotora y constructora respectivamente, nunca respondieron a sus reclamaciones al entrar ambas en concurso de acreedores. Desde ese momento, los afectados inician un rosario de trámites para intentar que algún responsable se haga cargo de las reparaciones. Mientras, el Ayuntamiento obliga al vallado de todo el perímetro. La seguridad de los viandantes está en juego. Se trata de una de las calles más céntricas en la que se ubica, además, la única farmacia del barrio.
El caso llega al juzgado. Al de Primera Instancia número 7. En efecto, el juez entiende que los defectos se registraron dentro de los tres años de garantía. Bien. La sentencia confirma lo que todos los vecinos sabían tras analizar los informes encargados a expertos: la obra en la fachada del edificio Las Cortes fue un desastre, una chapuza y, además, peligrosa. En su informe, el perito judicial destacaba que el incorrecto recibido de las placas sobre el soporte era la causa de los desprendimientos y añadía que existió «un grave defecto de ejecución y de control de la edificación». ¿Culpables? La sentencia condenó solidariamente al arquitecto técnico F. H. R y a Fincagest, gestora de la promoción, a acometer la reparación. Nada menos que 295.941 euros, que ya han sido ingresados en la cuenta de la comunidad. Los residentes ahora respiran tranquilos. La retirada en las próximas semanas del vallado que les ha atenazado durante cerca de cuatro años será todo un símbolo, el símbolo de la victoria en una batalla que nunca dieron por perdida, a pesar del complicado rival.
Fuente: El Norte de Castilla
9 ideas sobre “Una comunidad logra el arreglo de sus fachadas tras cuatro años de batalla”