Izquierda Unida presenta moción en la que sólo propone la creación del Centro Comercial Zona Campus

El grupo municipal en el ayuntamiento de Valladolid de IU liderado por Manuel Saravia, ha presentado una moción para promover una estructura comercial de más calidad desde los puntos de vista económico, social, urbanístico y cultural. Según IU, la actual estructura comercial está dañando gravemente el comercio de Valladolid por lo que propone una serie de medidas para solucionar este problema. Entre las medidas se encuentra la no posibilidad de creación de nuevos centros comerciales salvo el de Santos-Pilarica por una cuestión de equilibrio territorial. A continuación reproducimos el contenido íntegro de dicha moción:

Ahora, en medio de la crisis y recién inaugurado Ikea en Arroyo, en periodo de rebajas y después de las Navidades, es un buen momento para ver en conjunto la situación comercial de Valladolid. Los datos que se conocen no son buenos. Del sector comercial dependen en Valladolid más de 23.000 trabajadores y cerca de diez mil autónomos, pero la crisis ya ha supuesto la pérdida de aproximadamente 3.000 puestos de trabajo en los últimos cinco años.

AL AYUNTAMIENTO PLENO

Moción para promover una estructura comercial de más calidad desde los puntos de vista económico, social, urbanístico y cultural

1. Ahora, en medio de la crisis y recién inaugurado Ikea en Arroyo, en periodo de rebajas y después de las Navidades, es un buen momento para ver en conjunto la situación comercial de Valladolid. Los datos que se conocen no son buenos. Del sector comercial dependen en Valladolid más de 23.000 trabajadores y cerca de diez mil autónomos, pero la crisis ya ha supuesto la pérdida de aproximadamente 3.000 puestos de trabajo en los últimos cinco años, periodo en el que han cerrado en la ciudad del orden de un millar de establecimientos. Pero los problemas no sólo llegan por la crisis. El impacto de la apertura de Río Shopping, el complejo comercial anexo a Ikea, se ha llegado a comparar al de “mil tiendas de las del centro”, por lo que «el aumento de cierres y de despidos puede ser espectacular”, según se ha expresado una de las asociaciones comerciales de la ciudad.

2. Al pensar qué podría plantearse ante esta situación no bastan propuestas unidimensionales. Al analizar la política municipal respecto al comercio debería tenerse en cuenta, al menos: el corto, el medio y el largo plazo; el punto de vista del empleo (cuantificando el empleo que hay y el que se puede crear, analizando los tipos de empleo a que nos referimos); el punto de vista del servicio que se ofrece, de los consumidores, la cultura del consumo a que alude; el punto de vista urbanístico (el comercio hace ciudad), y especialmente su relación con el espacio urbano, las calles comerciales y los centros comerciales, la movilidad y el transporte, la centralidad, la carga y descarga, la seguridad, la calidad de los espacios de intercambio, etc.; la relación con el entorno metropolitano y la relación con los eventos, espectáculos y atractivos ocasionales, el comercio estacional, los horarios de venta, el comercio de día y el de noche; lo que puede significar la modernidad, la tradición y el cambio en este terreno; los diferentes formatos comerciales, los mercadillos, el incremento de la venta “on line” y la presencial, el envío a casa de las compras. Debe tenerse en cuenta, en fin, que no es un asunto aislado. La política comercial debería analizarse en el conjunto de las demás políticas. De la cultural, de la económica, de la urbanística (general: movilidad, centro-periferia, densidades); e incluso de la promoción e impulso del asociacionismo, también en este campo.

3. Para evaluar las posiciones de las distintas administraciones, fuerzas políticas, asociaciones y cámaras respecto a la estructura del comercio en la ciudad, contrastarlas con los planteamientos de expertos universitarios y debatir posibles soluciones compartidas, el Grupo Municipal de Izquierda Unida convocó el pasado 21 de diciembre un encuentro en un centro cívico de la ciudad. En la citada reunión se analizó en primer lugar el estado actual del comercio de la ciudad (y su entorno), reconociéndose desequilibrios y derivas. Se habló en primer lugar de un evidente desequilibrio entre formatos comerciales, a favor de las grandes superficies. Y si se piensa que la población no parece que vaya a crecer en los próximos años; que hay varios centros comerciales previstos en la ciudad (con la licencia caducada); todo parece indicar que la nueva instalación de Ikea y Río Shopping va a condicionar el desarrollo comercial de forma determinante.

Se habló también del desequilibrio territorial de los centros comerciales, especialmente a favor ahora de la zona sur y oeste. Y de que el espacio central de la ciudad empieza a mostrar síntomas de vaciamiento, especialmente agravados con la salida prevista de varios miles de funcionarios hacia las nuevas sedes (del sur y del oeste nuevamente). Pero se señaló también la injusticia económica que se viene aplicando entre zonas (y en consecuencia también entre formatos comerciales), pues los datos avalan la idea de que la ciudad consolidada, su población y sus comercios, están financiando a los nuevos centros comerciales del extrarradio. La privilegiada accesibilidad de estos últimos se funda en las enormes inversiones públicas realizadas (por toda la población) en infraestructuras, aprovechadas por los grandes centros. Hubo quien dijo que se llega mejor a Ikea que al centro de la ciudad. Por último, también se apuntaron algunas derivas de carácter cultural y de contenido social en el desarrollo comercial vigente que era necesario atender.

Hubo consenso entre los asistentes en que para corregir esos cinco desequilibrios era necesario establecer un claro apoyo institucional, que podría instrumentarse a través de un plan de ordenación y de regulación fiscal, con carácter dinámico (adaptándose progresivamente). Un plan que contemplase aspectos financieros, especialmente relacionados con el IBI y la posibilidad de establecer algo semejante a “tasas ecológicas” por las grandes instalaciones exteriores (como compensación por el impacto sobre la movilidad general). Aspectos dirigidos hacia un necesario y urgente proceso de reculturización tendente a valorar el comercio de proximidad, por su estrecha vinculación al espacio social, a hacer frente a la fascinación acrítica que los grandes centros levantan en la población de 25-45 años, que se considera necesario “reconquistar” para la causa del pequeño comercio.

Y hacer frente también al consumismo e individualismo exacerbados, incorporando criterios de responsabilidad social y sostenibilidad. Fomentando actuaciones de conjunto que estimulen la idea de que la unión hace la fuerza. Por último, el plan debería contemplar también aspectos sociales, dando prioridad a garantizar el servicio a la población con menos recursos (no sólo la de menos recursos económicos, sino también de otros, como por ejemplo de movilidad), evitando la creación de los llamados “desiertos de alimentación” que se han formado en algunas ciudades; y centrándose en favorecer la creación de empleo, pero no de forma simplista e interesada, sino atendiendo a la relación entre los que se crean y los que, por efecto de los anteriores, se destruyen. Por recordar un dato sencillo, el pequeño comercio de Valladolid tiene una cuota de mercado del 40% pero genera el 85% del empleo. Y vinculado a todo ello, como sustrato, el establecimiento de una determinada morfología urbana, relacionada con un planteamiento de la movilidad.

4. De muchos de estos asuntos ya se había venido hablando con anterioridad. Lo mismo que de otros que no salieron en el encuentro citado. Como las actuaciones que ya desarrolla el Ayuntamiento con la Cámara de Comercio e Industria o las principales asociaciones de comerciantes la ciudad, Avadeco y Fecosva. Por ejemplo, la campaña de promoción “El comercio de proximidad da vida a la ciudad” o “Las semanas locas del comercio” (en el 4º trimestre de 2011); “Valladolid de moda”, de junio del mismo año); los cursos para emprender un negocio de comercio electrónico; las “galas del comercio” (con los comerciantes de Distrito I – Zona Centro); la Feria del Stock, premios de escaparates, campañas de animación navideña, etc. También se puso en marcha a finales de 2010 una nueva plataforma “basada en las nuevas tecnologías y las redes sociales” denominada “Valladolid de tienda en tienda”. Pero, a la vista de los acontecimientos, está claro que no es bastante.

5. Se cuenta con algunos trabajos de análisis de la situación, de diferentes fechas, que pueden orientar en cierto modo. Están por de pronto los estudios realizados para el Plan de Equipamiento Comercial de Castilla y León; el estudio del consultor Roland Berger de 2008; el que se incluía en la memoria del Plan Rogers (donde se hacen algunas consideraciones sobre comercio), artículos sobre la situación del comercio en Valladolid (de Basilio Calderón o del Instituto de Urbanística, entre otros). Y además podemos recordar lo que se dice en documentos políticos de cierta actualidad. Por ejemplo, en el plan estratégico vigente (“Valladolid hacia el 2016”) o el PGOU actualmente en uso. Podemos recordar los objetivos de la Concejalía de Cultura, Comercio y Turismo (en la web municipal); revisar lo que se dice en las webs de Avadeco, Fecosva o de la Cámara de Comercio e Industria (en todas ellas encontramos también buenos estudios, encuestas de opinión de compradores y comerciantes y de hábitos de consumo; desarrollo comercial en internet, impacto de grandes superficies, etc.). Puede recordarse la posición en este tema de vecinos, sindicatos y empresarios. Y sobre todo es útil recordar los programas electorales de mayo último. Porque podemos encontrar en todo este conjunto una serie de elementos comunes que podrían activarse ya, y otros sobre los que probablemente podría alcanzarse un acuerdo.

6. Podríamos resumir los temas en los siguientes puntos.

1º. El principal objetivo de la acción pública ha de ser el comercio local, el pequeño comercio de proximidad. En el programa del PP el capítulo se titula “Apoyo al comercio local”. Sin embargo debería verse dentro de una estructura de conjunto del espacio comercial de Valladolid. Por equilibrio territorial, por calidad urbanística, pero sobre todo por el empleo. El “Proyecto Global de Ciudad” que se propone en el plan estratégico alude a “la ejecución de políticas urbanísticas con proyectos de mejora que contribuyan a equilibrar la ciudad, procurando el desarrollo del vértice Este-Norte de la ciudad”, y de “integrar estrategias de modernización del comercio tradicional en el diseño de las políticas de renovación, rehabilitación y remodelación urbanas”. El “proyecto clave” habría de ser un “Plan de modernización del comercio tradicional (…) plenamente integrado en el entramado social”.

2º. En el PGOU vigente se vincula directamente la “calidad de vida de los ciudadanos” con la existencia de “un nivel de comercio mínimo” (p. 58 de la Memoria). Hay algunas zonas con notables carencias, como por ejemplo la zona oeste de la ciudad. Y en el programa de IU se propone la promoción de redes de distribución locales o comarcales que apuesten por los productos locales, por la reducción de las distancias de transporte de los productos y por la eliminación de intermediarios. Pero sobre todo es preciso garantizar la presencia en todos los barrios de un mínimo nivel comercial, para evitar la creación, por ejemplo, de lo que se denominan “desiertos de alimentación”, y que afectan a las rentas más bajas.

3º. Respecto a las medidas urbanísticas de estructuración se puede recordar que en el programa del PP se habla del “mantenimiento y ampliación de la red de pequeño y mediano comercio en la ciudad con medidas fiscales, urbanísticas y de promoción comercial”; y entre los objetivos de la Concejalía (de Cultura, Comercio y Turismo) figura el “fomento de los ejes comerciales, con especial atención al comercio de proximidad”. El punto 33 del programa municipal del PSOE, por su parte, plantea la “recuperación de la Mesa del Comercio, con capacidad decisoria real, para elaborar planes de reestructuración y especialización del comercio tradicional, así como para planificar las obras municipales que afecten a calles comerciales y el impulso de centros comerciales abiertos”. Y todos los grupos plantean la valoración del comercio de proximidad y la “modernización de los mercados tradicionales”, poniendo énfasis en el caso del Val. En IU se hablaba del establecimiento de 33 “calles largas de comercio y negocio con cabezas de atracción”, una por cada barrio, organizadas en relación con el sistema peatonal previsto para la ciudad.

4º. Respecto al uso de las nuevas tecnologías, el e-comercio y los vehículos eléctricos en el reparto hay varias alusiones. En el programa del PP se habla de “incorporación de las nuevas tecnologías al comercio tradicional (…), promoviendo la consolidación del pequeño y mediano comercio en el campo del comercio electrónico”, y de “incorporación de vehículos eléctricos a las tareas de reparto comercial”. En el punto 38 del programa del PSOE se lee el proyecto de “introducir las nuevas tecnologías de la información y comunicación en (…) el comercio, mediante pasarelas de pago seguro”. Y por supuesto hay varias alusiones en el plan estratégico. En el PGOU vigente, p. 203 de la Memoria, se plantea la conveniencia de “fomentar el papel de las agrupaciones y asociaciones (…) dando oportunidades al comercio tradicional, orientando su localización”.

5º. En el caso de la movilidad hay más discrepancias. Suele hablarse del buen servicio que podrían hacer los vehículos eléctricos en la logística comercial, pero a la vez se reclaman desde algunos foros más aparcamientos, incluso rotatorios. Conviene recordar que hay ejemplos de ciudades en los que se trata de minimizar el uso de vehículos a motor particulares organizando potentes centros de reparto y mejorando el transporte público para hacerlo más atractivo en los destinos comerciales y poder hacer frente a las supuestas ventajas que pueden ofrecer los centros de la periferia. Con ello, además, se crearían nuevos “empleos verdes”, bien vinculados al funcionamiento de la ciudad.

Son una serie de puntos que resultan coherentes con el modelo de ciudad que defiende IU, y que figuraba en su programa electoral. Pero, como se ha dicho antes, a la vista de los documentos citados, entendemos que podrían compartirse por los demás grupos. Por ello, el Grupo Municipal de Izquierda Unida y, en su nombre, el concejal que suscribe, formula al Pleno ordinario del día 10 de enero de 2012 la presente MOCIÓN para que se adopten los siguientes

ACUERDOS

1º. Se desarrollará un plan de conjunto del espacio comercial de Valladolid y entorno que será incorporado al PGOU de la ciudad y negociado con los ayuntamientos próximos, en el marco de la asociación de municipios de la Comunidad Urbana de Valladolid.

2º. Uno de los contenidos del anterior plan ha de ser el rechazo a la creación de más centros comerciales de los actualmente existentes, con excepción del de Los Santos-Pilarica, por equilibrio territorial.

3º. Se garantizará un mínimo de servicio comercial en los distintos barrios de la ciudad, explícitamente establecido. Para ello, si fuera preciso, se hará uso de parcelas y edificios de propiedad municipal.

4º. Se diseñará una estructura de recorridos e itinerarios básicamente peatonales (bien entendido que no se trata sólo de calles peatonales) que integrarán las principales calles comerciales de cada barrio, e integrarán también en malla urbana o territorial a los centros comerciales existentes. Tales recorridos tendrán una vinculación especial con las escuelas de cada barrio y se organizarán en una red de “itinerarios seguros” que igualmente se elaborará desde el Ayuntamiento. Se procurará la comodidad de los viandantes y una imagen urbana reconocible que pueda alcanzarse a largo plazo, y en la que habría que comenzar a trabajar desde ahora. No se trataría tanto de aumentar la capacidad instalada, sino de fomentar la reordenación futura, impulsando calles comerciales claras y recorridos prioritarios.

5º. Se pondrán en marcha varios centros de distribución con vehículos eléctricos, en espacios municipales, y se establecerán las condiciones de funcionamiento.

6º. Se modificarán los recorridos del transporte público de forma que potencien su uso para acercar a potenciales compradores a las zonas comerciales de toda la ciudad.

7º. Se diseñará un plan cultural de apreciación del pequeño comercio de proximidad, por su estrecha vinculación al espacio social, que haga frente a la fascinación acrítica que los grandes centros.

Valladolid, 5 de enero de 2012

El Portavoz del Grupo Municipal,

Manuel Saravia Madrigal

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